La derivación de los lactantes que cursan con bronquiolitis hacia el profesional encargado de aplicar maniobras kinésicas es una práctica muy extendida en nuestro medio; sin embargo, es frecuente que los médicos encargados de atender a la población pediátrica en el nivel primario no tengan un intercambio de experiencias fluido con el kinesiólogo. La AKR (asistencia kinésica respiratoria) debe entenderse como la aplicación de distintas maniobras que modifican la mecánica respiratoria (por su acción sobre el tórax, las vías respiratorias y el parénquima pulmonar), de tal manera que se obtiene un efecto terapéutico.
Entre estas maniobras que conforman lo que se denomina AKR podemos mencionar como las más importantes a la percusión, la vibro-movilización, drenaje broncopulmonar (posiciones de ayuda para vehiculizar las secreciones al exterior) y la aspiración de secreciones.
La principal función de la AKR es ayudar al bebé a que logre eliminar adecuadamente las secreciones, con el fin de aliviar la obstrucción de la vía aérea, reducir la resistencia de la vía aérea, mejorar el intercambio gaseoso, disminuyendo la dificultad respiratoria y así lograr tranquilizar al neonato por “liberar” su vía aérea. Sin embargo, en ciertas situaciones pueden ser poco útiles y hasta peligrosas, ya que pueden aumentar el broncoespasmo, inducir hipertensión pulmonar y/o endocraneana, reposicionar un cuerpo extraño o desestabilizar a un lactante enfermo. Por esto es que muy importante la atención de personal entrenado y calificado para tal fin; quien conoce a la perfección, las indicaciones y contraindicaciones de cada una de las técnicas, como así también el modo de aplicarlas.
Entre estas maniobras que conforman lo que se denomina AKR podemos mencionar como las más importantes a la percusión, la vibro-movilización, drenaje broncopulmonar (posiciones de ayuda para vehiculizar las secreciones al exterior) y la aspiración de secreciones.
La principal función de la AKR es ayudar al bebé a que logre eliminar adecuadamente las secreciones, con el fin de aliviar la obstrucción de la vía aérea, reducir la resistencia de la vía aérea, mejorar el intercambio gaseoso, disminuyendo la dificultad respiratoria y así lograr tranquilizar al neonato por “liberar” su vía aérea. Sin embargo, en ciertas situaciones pueden ser poco útiles y hasta peligrosas, ya que pueden aumentar el broncoespasmo, inducir hipertensión pulmonar y/o endocraneana, reposicionar un cuerpo extraño o desestabilizar a un lactante enfermo. Por esto es que muy importante la atención de personal entrenado y calificado para tal fin; quien conoce a la perfección, las indicaciones y contraindicaciones de cada una de las técnicas, como así también el modo de aplicarlas.
1 comentario:
excelente informacion
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